jueves, 6 de agosto de 2015

El presidente egipcio, Abdel al Sisi, inaugura el nuevo canal de Suez





jueves 6 de agosto de 2015 - 11:48 a.m. Egipto comenzó oficialmente esta tarde la ceremonia de inauguración del Nuevo Canal de Suez


El presidente de Egipto, Abdel Fatah al Sisi, inauguró hoy en la ciudad de Ismailiya el nuevo canal de Suez, una obra de 72 kilómetros que reducirá el tiempo de navegación y aumentará la capacidad de esta vía.

En una gran ceremonia en la que el presidente de Francia, François Hollande, fue el invitado de honor, Al Sisi dio por inaugurada con su firma esta obra de ingeniería, que ha sido construida en 12 meses y con la que las autoridades egipcias esperan casi triplicar sus ingresos, en menos de diez años.

"El pueblo egipcio construyó el canal de Suez en una situación económica y de seguridad muy complicada. Los grupos terroristas y extremistas, los que llamo hijos del mal, pretendían hacer daño a los egipcios y frenar su avance hacia la modernidad", aseguró Al Sisi en su discurso tras la rúbrica del documento.

El presidente egipcio reiteró que todos los trabajadores del canal y las Fuerzas Armadas "no trabajaron en condiciones normales sino en una situación de lucha contra el terrorismo", un problema que Al Sisi aseguró que los egipcios superarán "sin duda alguna".

Al Sisi, que se salió del discurso que traía escrito para este evento, explicó que existen "ideas extremistas" en Egipto que tienen el objetivo de "destruir el país" y alertó de que si no se lucha contra ellos "lo acabaran quemando por lo completo".

Durante el discurso del presidente, dos barcos cruzaron por el antiguo y nuevo tramo del canal (de 35 kilómetros de longitud), cuyo objetivo es permitir que las naves circulen en ambos sentidos.

Las autoridades egipcias prevén que el número de barcos que transitan por el canal (un promedio de 49 cada día) se duplique en menos de 10 años, así como los ingresos que percibe el Estado, de los 5.300 millones de dólares de 2014, a más de 13.000 millones en 2023.

"Los egipcios prefirieron entregar educación a la humanidad y no destrucción, con sus ulemas e intelectuales que trabajan, para cambiar el discurso político" y luchar contra el radicalismo, afirmó.

Asimismo, aseguró que este nuevo tramo del canal "devuelve la confianza a las egipcios" y describió este proyecto como "el primero de los mil pasos que los egipcios están dispuestos a avanzar" hacia el desarrollo del país.

"Nunca jamás alguien podrá vengarse de Egipto, mientras el pueblo egipcio siga unido y trabaje codo con codo", subrayó el presidente egipcio, quien puso de ejemplo al jeque de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, y al papa copto Tawadros, sentados juntos en la misma sala, presenciando la celebración.

Por su parte, el presidente de la Autoridad del Canal de Suez, Mohab Mamish, aseguró que este evento es la celebración del "inicio del desarrollo del Egipto del siglo XXI", con este primer proyecto.

Tanto Al Sisi como Mamish reiteraron en varias ocasiones que este evento fue elaborado en tan solo un año "gracias al trabajo de los egipcios" y ambos celebraron que esto será un ejemplo para las futuras generaciones. 



vía @EstrellaOnline http://laestrella.com.pa/p/23883803

martes, 4 de agosto de 2015


EL MUSEO DE LA PAZ DE HIROSHIMA 

9 DE AGOSTO DE 1945


Por Roberto Rolando RODRÍGUEZ

Museo de la Paz
En 28 de julio de 1981, llegué procedente de la ciudad imperial nipona de Kioto a Hiroshima. Viajamos desde ese punto vía terrestre. Tenía muchas expectativas por saber información ocurrida en ese lugar un 6 de agosto de 1945, cuando el piloto, Paul Tibbets, lanzó e hizo detonar la mortífera bomba atómica que de forma instantánea dejó sin vida a más de 90 mil seres humanos.

Saqué mi cámara y tomé ésta foto del Museo de la Paz de Hiroshima que conserva como quedó destruida aquella torre de acero como testimonio de uno de los actos bélicos más destructivos creados por la mente científica en contra de la humanidad.

Todavía, hay quienes defienden que el lanzamiento de estas dos armas de destrucción masiva salvó a cientos de miles de soldados norteamericanos de estar en este conflicto y acortó la guerra con un método de efectiva celeridad.

Los actores principales, como el presidente Harry Truman, los pilotos, Paul Tibbets, Charles Sweeney, el científico Robert Oppenheimer, nunca consolidaron sus sentimientos, sobre este acontecimiento. Uno no quiso funeral ni lápida, otro murió sin arrepentirse y dormir tranquilo, mientras el científico incomodó a Washington cuando dijo que él se había convertido en “muerte, destructor de mundos”.

La historia registrada en el museo da cuenta que Hiroshima a las 8:15 a.m. del 6 de agosto de 1945 se convirtió en una bola de fuego. En minutos, una columna de humo color gris-morado a una temperatura aproximada de 4000º C se convirtió en un gigantesco “hongo atómico” de poco más de un kilómetro de altura.

Dos kilómetros a la redonda de donde explotaron las bombas, la catástrofe fue absoluta: el fuego y el calor mataron instantáneamente a todos los seres humanos, plantas y animales. En esta zona no permaneció en pie ni una sola edificación y se quemaron además las estructuras de acero de los edificios de concreto. Las ondas expansivas de la explosión hicieron estallar vidrios de ventanales situadas incluso a 8 kilómetros del lugar de la explosión. Los árboles fueron arrancados desde la raíz y quemados por el calor.


En Hiroshima 
Quizás, el refrán “la confianza mata al hombre” no permitió al alto comando militar japonés el significado de la presencia de los tres bombarderos B29 que entraron al espacio aéreos de Hiroshima con la mortífera carga porque privó -al momento de ser detectados- el consenso que los mismos eran inofensivas. Se recuerda que semanas antes la aviación norteamericana atacó a Tokio y había dado muerte a 100 mil japonés.  

Los horrores padecidos por la población de Hiroshima no condujeron a la rendición de Japón, por lo que Estados Unidos detonó, a las 11:02 a.m. del 9 de ag

osto de 1945, una segunda bomba más potente sobre la ciudad industrial, Nagasaki. 

La destrucción de Nagasaki, convenció al emperador  Hirohito a rendirse ante las fuerzas aliadas y de esta forma finalizar con la segunda guerra mundial iniciada en 1939.
En Pearl Harbor

Se calcula que en Hiroshima desaparecieron cerca de 20 mil edificios y casas, y Nagasaki quedó destruida el 40% de la ciudad.

El museo de la paz en Hiroshima, es un homenaje a la humanidad para evitar los horrores de la guerra, apelando a la sensibilidad para imponer la paz. Sin embargo, 70 años después aún persisten los conflictos, bombas en Kosovo, en Kiev, Vietnam, las dos Koreas,  Iraq, Gaza, Afganistán y para que seguir enumerando.

El imperio japonés se adueñó a base de su poderío bélico del pacífico asiático y, al claudicar abandonó las armas para hoy ser una potencia económica.

El 20 de diciembre de 1989, en Panamá las armas también hablaron a punta de bombas donde los civiles llevaron la peor parte del conflicto.

“Todos quieren la paz, y para asegurarla, fabrican más armas que nunca” Antonio Mingote. Y como decía Cantinflas en su película "El diplomático" entendieron mal cuando Jesús dijo a sus discípulos “amaos uno a los otros” pero entendieron “armaos uno con los otros”. 

sábado, 1 de agosto de 2015

Omar Torrijos Herrera y la ampliación del Canal de Panamá

Diario La Estrella de Panamá



Opinión
Columnistas

Omar Torrijos Herrera y la ampliación del Canal de Panamá

sábado 1 de agosto de 2015 - 12:00 a.m. Dentro de ocho meses, Panamá nuevamente será centro de la información mundial.
                   
Roberto Rolando Rodríguez
opinion@laestrella.com.pa

Dentro de ocho meses, Panamá nuevamente será centro de la información mundial. Un barco neo-Panamá iniciará una travesía por el atajo más importante de la navegación marítima y transitará las dos nuevas esclusas de alto nivel, que mantendrá las puertas abiertas a la humanidad para su comercio mundial. Es inimaginable este acontecimiento al que podemos dar por hecho, partiendo de la premisa de que las obras están en culminación y en etapas de pruebas primarias.
No me hubiera imaginado de nuestra capacidad para manejar, administrar con eficiencia y efectividad esta vía acuática internacional, si no me remonto a aquel 9 y 10 de Enero de 1964, cuando los sucesos nos dejaron un saldo de una veintena de muertos y cientos de heridos, productos de un reclamo justo sobre la devolución de nuestra soberanía, fin a la presencia colonial, con un Estado dentro de otro Estado sustentado en ‘un tratado que ningún panameño firmó'.
De este hecho histórico, la determinación nacional reitera toda lucha generacional, antes y después de 1964. No era un ruido comunicacional, sino realidad y que EE.UU. reconociera con mayor conciencia que para hablar de buena vecindad, los panameños tenían que compartir los beneficios económicos derivados del Canal y el derecho a disfrutar de las ventajas de su posición geográfica.
Con esa precisión y puntual, la historia da un giro ante el fracaso de la clase política que, sumisa a los socios del norte, no miraba con perspectiva que había que resolver los conflictos que surgieron con EE.UU. aquel 18 de noviembre de 1903.
Ese vacío político pone a un hombre nacido en la ciudad de Santiago de Veraguas, el 13 de febrero de 1929, en el lugar y el momento adecuado. Nadie pone en duda que su llegada al poder fue un golpe de Estado. Y nadie podría justificar como soportable la clase política del entonces y recomendable para los objetivos de nación.
Ese hombre, Omar Torrijos Herrera, encontró a un grupo de normalistas opuestos a su golpe y salimos y fuimos dispersados. Escapamos y seguimos diciendo ‘no', pero la historia nos fue dibujando confianza y seguridad sin claroscuros sospechosos hacia que nuestra identidad nacional no andaría de tumbo en tumbo.
No fuimos al exilio, porque nuestro exilio era la pobreza que nos rodeaba. Fuimos testigos de muchas anécdotas con campesinos de Veraguas e inclusive el único civil que hizo una grabación en ‘el tiempo del Comandante' para clausurar el primer seminario para 54 tenientes de la Guardia Nacional.
Un 31 de julio de 1981, primer día de vacaciones del año en curso, llegué a Santiago y cuando caminaba por mi avenida central, en el altavoz de una bocina de un almacén, la infausta noticia. Mi director Rolando Trelles suspende mis vacaciones y ordena dirigirme a Penonomé. Fui el primer periodista en sobrevolar el área del siniestro y días después logramos juntos con otros colegas llegar al mismo lugar de la catástrofe, a través de un improvisado helipuerto.
El empeño por pintar el mapa geográfico de Panamá con un solo color, recuperar la soberanía y transferir el Canal de Panamá, y lograrlo el 7 de septiembre de 1997, mediante la firma de los Tratados del Canal con el presidente Jimmy Carter, es una obra que no se puede negar con mezquindad. Un código laboral, soluciones habitacionales, responsabilidad social, ingreso de la clase media en forma masiva al derecho de la educación universitaria, escuelas básica generales, vías de comunicaciones, asentamientos campesinos productivos marcaron iniciativas gubernamentales.
Otras obras como el Gimnasio Nuevo Panamá, el Estadio Revolución, Aeropuerto de Tocumen, Atlapa, autopista de Panamá-La Chorrera; el Puerto Pesquero de Vacamonte, el Centro Bancario Nacional, Ingenio La Victoria, nacionalizar la Compañía Fuerza y Luz y crear el Instituto de Recursos Humanos y Electrificación (IRHE) plantean el norte nacional.
Cerro Marta, se colocó el 31 de julio de 1981 en medio de su aeronave DeHavilland Twin Otter; sin embargo, hay que ver que fue el único que panameñizó el canal y también panameñizó el país.
Hoy, el canal ampliado cumple con la humanidad y significa un reto de competitividad y, por supuesto, generará ingresos por los peajes.
‘Cuando el que manda pierde la razón, el que obedece pierde el respeto', Omar Torrijos Herrera.
PERIODISTA